sábado, 12 de marzo de 2011

Prólogo El poder elemental


 La princesa Sophie miraba de un lado a otro de la gran estancia. Tenía un mal presentimiento. Esa noche ocurriría algo terrible. Era algo absurdo pero no podía alejar esa idea de su mente.
 Se encontraba cenando en el comedor una deliciosa comida con sus padres, el Rey Polar y la Reina Aklis, reyes del reino helado.
 Hoy había degustado la cena junto a unos amigos de su padre. Eran fieles servidores que le ayudaban en su difícil tarea. El consejero real ayudaba a su padre a llevar los asuntos políticos con el resto de ciudades del reino. También les acompañaba el contable del reino. En éste delegaba los temas económicos  para que su padre se dedicara a cuidar de la familia.
 La cena se producía con total normalidad mientras los sirvientes iban ofreciéndoles variedad de platos. Su padre conversaba con el consejero real mientas su madre probaba algo del primer plato recogiéndose su preciosa melena azabache.
 Sophie se empezaba a sentir algo incómoda. Se comió rápidamente el postre, una tarta helada de frambuesas del mismísimo jardín real, y se dirigió a la puerta:
 - Hija, ¿a dónde vas?- le preguntó su padre extrañado.
 -Papá, deseo retirarme a mis aposentos. Me encuentro indispuesta.
 Se acercó a su padre y le dio un beso cariñosamente. Se despidió del consejero real y del contable del  reino y se acercó lentamente hacia su madre. Intentó darle un abrazo pero ella se retiró al instante.
 Nunca había tenido una estrecha relación  con  su progenitora  y eso no iba a cambiar. Era su madre pero esto no le obligaba a quererles.  Aunque  despreciara  a sus dos hijos, siempre había mostrado un interés en ella y por el contrario, no mostraba ningún sentimiento hacía su desaparecido hermano, Michael.
 Se despidió por última vez de los comensales y salió del comedor.  Traspasó el umbral de la sala y se dirigió a sus aposentos caminando por los largos corredores de palacio.
 Andaba lentamente mientras vislumbraba a los soldados custodiando cada una de las salas de palacio. Sophie se conocía todas aquellas salas como la palma de su mano.
 Observó los cuadros que había colgados en las paredes de palacio. Eran hermosas pinturas realizadas por los mejores especialistas del Reino Helado. Mostraban imágenes de guerras, leyendas, felices parejas de la mano...
Tras un paseo llegó a la puerta de su habitación. Tenía un picaporte con la insignia del reino helado y éste era de un  blanco tan transparente, que parecía auténtico hielo.
Entró y vio a su doncella sentada en uno de sus sillones. Tenía la cara blanca como si hubiera visto a un muerto y el pelo moreno desmarañado. Se levantó del sillón y se acercó al verla entrar por la puerta.
Había sido su doncella desde que nació. La cuidó y protegió, junto a su hermano. Se llamaba Nancy.
Pero aquella noche su rostro no podía ser más estremecedor. Sophie no podía dejar de pensar en la sensación que había tenido durante la cena.
Podía ser que todo lo que sucediera esa noche cambiara su vida, pero la joven no creía en los malos presentimientos. Disfrutaría con Nancy de lo que quedaba de noche:
-Señorita, tiene que irse de inmediato- le soltó de sopetón. He oído a su madre hablar con un extraño mandándole que la secuestre.
-No te precipites, Nancy. Eso es imposible. Mi madre nunca llegaría a eso.
-Créame, señorita. Tiene que escapar ahora mismo.
No podía creérselo.
 Era verdad que ese día no se había comportado efusivamente  con  ella,  pero de aquello a mandar secuestrarla...
Había gato encerrado y no pensaba caer en la malvada trampa de su madre.
-Está bien. No lo conseguirá. Nunca creí que llegaría a tanto.
 Cogió una bolsa de cuero que le había  hecho su hermano y metió algunos vestidos que le había regalado su padre. Cuando se dirigía a la puerta, Nancy exclamó:
-Debería llevarse algún arma para defenderse en el caso de que le ocurra algo.
-Si lo deseas.
Cogió su arco junto a unas cuantas flechas heladas, que atravesarían a cualquier persona, y una espada fabricada por el herrero de confianza de su padre:
-Tome esto-le dijo tendiéndole una pequeña daga. Espero que le de suerte y protección frente a sus enemigos.
 Salió de su habitación y se despidió de su doncella abrazándola dulcemente mientras de ella empezaban a brotar pequeñas lágrimas.
Ya sabía quien le prestaría su ayuda. Tenía que partir de inmediato para  escapar a Lianel. Allí vivía un gran amigo de su padre, Reynold, el fabricante de helados voladores del reino. Él le  ayudaría.
 Durante muchos años había prestado sus servicios a su padre. Ella misma le conocía en persona. Tendría que cabalgar a lomos de su yegua durante dos días pero no importaba.
Sin embargo, antes tendría que despedirse de su padre.
 Pasó por los  corredores de palacio y observó la sala del trono donde se encontraba su padre. Estaba recostado en el trono. Avanzó por el camino, que estaba marcado por una larga alfombra  roja para besarle antes de irse.
Su padre, el Rey Polar, tenía barba de tonos grisáceos y vestía una túnica con la insignia del Reino Helado. El pobre ya no tenía fuerzas después del secuestro de Michael. Cuanto le echaba de menos en esos momentos.
Sophie salió corriendo de la sala del trono directa a las cuadras para recoger a su yegua, Iliana, en nombre a una antigua princesa con poderes extraordinarios.
 Se encontraba en perfecto estado y estaba ansiosa por salir un rato de aquellas cuadras.
 Salió del castillo y pasó por los jardines de palacio. Tenía unos árboles preciosos en los que tantos momentos había pasado junto a su hermano. Siempre jugaban a esconderse detrás.
Traspasó la gran puerta que separaba la ciudadela de palacio y cabalgó por la calle repleta de establecimientos, la calle comercial, que constaba de todo tipo de lugares para vender y comprar objetos. Vio a muchos de los campesinos que conocía al salir de palacio. Su familia siempre había considerado demasiado generosa a la joven princesa.
 Todos los habitantes la miraban abrumados. Seguramente pensarían que qué haría la princesa a esas horas de la noche pero para ella eso ahora no tenía importancia.
Traspasó la gran muralla y se dirigió al bosque próximo a la ciudadela.
Cabalgaba mientras el aire movía sus largos cabellos rubios que ondulaban al son de la música que emitía el viento.
Tenía que esconderse en algún lugar. Donde su madre y sus secuaces no pudieran encontrarla.
Observaba los pinos del aquel bosque y las ardillas subidas a los árboles  que miraban atentos a Sophie. Estas parecían estar pasándoselo bien mientras jugaban con una bellota…
Según iba alejándose de la ciudadela y del palacio, sentía como si le fuera imposible lograr escapar y como si su captor estuviera a punto de atraparla.
Salió del bosque y cabalgó por la explanada hacía un pueblo cercano para descansar durante la noche. Al día siguiente seguiría su recorrido y con suerte los raptores le habrían perdido el rastro.
Se paró y observó atrás. Había alguien conduciendo un carro y se estaba acercando a ella. Estaba saliendo del bosque que anteriormente ella había traspasado. Se montó de nuevo y siguió su recorrido cabalgando con todas las fuerzas que le quedaban.
De repente el conductor de dicho vehículo disparó una flecha repleta de fuego. La yegua cayó herida al suelo y Sophie quedó indefensa.
El raptor se bajó del carro directo a ella. Sophie se levantó y sacó la daga que le había regalado Nancy anteriormente. Cuando el encapuchado estaba a punto de cogerla sacó a relucir la daga brillante a la luz de la luna. El señor reaccionó y la tiró al suelo. Entonces ella, cuando el hombre estaba dispuesto a agredirla, le clavó la daga en el tobillo:
-Maldita niñita consentida.
-¿Quién te envía?- le preguntó intentando que perdiera tiempo para seguir atacándola.
-Tu mamita, que te odia más que a cualquier ser de este mundo. Vive con eso, princesa.
Levantó la pierna y le propinó un buen golpe en la cabeza dejándola inconsciente.





Sophie oía unas voces, de las cuales una le resultaba familiar. Manteniéndose con los ojos cerrados siguió la conversación que mantenían aquellas personas.
Cuando terminaron de hablar, Sophie entreabrió los ojos y vio a su madre, la reina Aklis, y al encapuchado que la había raptado, ahora sin capucha.
Era un hombre joven con rostro moreno como si el sol hubiera quemado su cara. Y en el Reino Helado raramente el sol emitía tanta luz. Tendría que venir del Reino del Fuego.
Su madre había negociado con asesinos a sueldo provenientes del Reino del Fuego. No podía creerlo.
Su madre la miró y le vio cerrar los ojos:
-Con que ya has despertado, hija mía- dijo acercándose a ella.
-No te atrevas a mirarme, vieja bruja del demonio- le gritó.
-No me llames así, jovencita. Así no vas a conseguir salvarte.
-¿Qué me vas a hacer, mamá?
-Ya lo sabrás. Ja, ja ,ja-dijo riéndose malévolamente.
Se marcho de la estancia, que parecía una cueva, y se quedó con el señor.
-No tienes por qué obedecerla- dijo la princesa.
-Sí tengo por qué, ella no es la única que quiere tu poder.
-¿Qué poder?
-Veo que aun no lo tienes. Tiempo al tiempo.
De repente, la reina volvió a la extraña sala:
-Ven conmigo, Sophie.
-No iré contigo a ningún lado.
Aklis se acercó a su hija y la cogió del brazo.
-Suéltame- gritó mientras su madre la agarraba del pelo.
La soltó y le pegó una cachetada en la mejilla:
-Maldita vieja. No estás en tu sano juicio. Suéltame de una vez.
Sophie sacó la espada y amenazó con ella a su madre. Aklis sacó otra espada y comenzaron a luchar por la sala mientras el señor permanecía quieto observándolas. La lucha de ellas dos se desarrollaba como un baile.
La joven había estado en lo cierto durante toda la noche. Algo malo pasaría pero estaba dispuesta a evitarlo.
Evitó un sablazo de Aklis y corrió en dirección a la salida. Pero el secuestrador estaba allí esperándola.
Estaba atrapada. Tenía que hacer algo. Propinó una buena patada al hombre, y salió corriendo en dirección a la salida de la cueva.
Pero sus raptores no estaban dispuestos a dejarla escapar.
Sophie corría sin mirar atrás y vislumbró un túnel lo suficientemente ancho como para dejarla pasar.
Escuchó en la lejanía las voces de su madre y aquel hombre, pero la joven prosiguió su camino.
Logró colarse en el túnel y se percató de la oscuridad del lugar donde se encontraba.
A su lado había una gran antorcha. Deseó con todas sus fuerzas que esta se encendiera, y en varios segundos una brillante llama iluminaba aquel pasadizo.
Todo lo que estaba ocurriendo era imposible. Su secuestrador tenía razón. Tenía poderes, y su madre quería adueñarse de ellos.
Pero pronto su tranquilidad cesó.





-Señora, algo se ilumina allí- decía el hombre que acompañaba a la reina.
-Me impresiona que mi hija haya llegado tan lejos, Rupert. Qué pena que pronto desaparezca de la faz de la tierra- la reina le dedicó una mirada fulminante a su aliado, y se dirigió hacia el túnel directa a impedir la escapada de su hija.
Aklis penetró rápidamente en el pasillo y corrió a través del camino empedrado sin ni siquiera pararse a pensar.
El joven seguía a su señora tropezándose en el camino y sin ver absolutamente nada en aquel pasadizo.
La luz se hizo para Rupert, y descubrió horrorizado como su señora estaba al borde de la muerte.




Sophie luchaba ansiosa contra su madre.
La reina le había perseguido a través del túnel y había logrado encontrarla mientras huía.
Ambas se encontraban ahora en una gran explanada rodeadas de arboles a los lados, justo a la salida del pasadizo.
En un momento de furia, Aklis arremetió contra su hija, pero su movimiento fue demasiado lento.
Sophie aprovechó esto, y golpeó fuertemente  a su madre, que cayó rendida al suelo del bosque:
-Hija, acepto que te subestimé. Nunca imaginé que supieras luchar de esa manera-susurraba la reina sonriendo a la joven, que la miraba incrédula y concentrada.
-Mi hermano Michael me enseñó hace varios años. Estaba seguro de que esto sucedería, y acertó plenamente- Sophie hablaba mientras recordaba esos momentos vividos con su hermano. Cuanto le echaba de menos. Había sido su único apoyo durante esos años.
De repente, Rupert llegó a donde se encontraban y les observó fijamente, sin poder creer realmente lo que estaba sucediendo.
Sophie miró a sus oponentes, y entendió que no tenía nada que hacer.
Sus fuerzas se habían acabado y no podía evitarlo.
Pero se resistía a la idea de rendirse. Podía hacer algo aún.
Se retiró de su madre, mientras esta comenzaba a levantarse del suelo de la explanada.
Rupert corrió a ayudar a su señora. Cuando se incorporó, ambos iniciaron la persecución de Sophie, que acababa de pararse en medio del bosque:
-Veo que has decidido rendirte, hija mía. Una decisión bastante adecuada para tu situación.
-Me muero antes que rendirme en una batalla ante ti-gritó decidida a luchar hasta el último instante.
En ese momento, una gran cantidad de plantas surgieron de la mano de la joven directas a su madre.
Pero esta ya no estaba. Sólo Rupert le observaba aterrorizado.
Su madre le esperaba detrás con su espada en lo alto.
Le propinó un golpe en la cabeza, y justo en el momento en que Sophie caía rendida al suelo, Aklis atravesó su escueto cuerpecillo justo en el corazón.
La joven se desmayó de nuevo, ya derrotada frente al rostro triunfante de la reina.






 Despertó y apreció que se encontraba dentro de un espacio acristalado. Pronto, se percató de que estaba encerrada en una urna de hielo transparente, como si de una tumba se tratase.
Desde allí, escuchó como su madre comenzaba a dirigirle varias palabras. Parecía que una gran distancia separaba a Sophie de su progenitora. No obstante, Aklis la observaba atentamente, apoyando sus manos sobre la urna de hielo:
-No dejaré que tu poder se pierda ni que lo compartas con alguien. No amarás a nadie. Tu corazón se helará en este ataúd y no volverás a ver el sol. Me haré con tu poder de cualquier modo. ¡Ja,ja ,ja,ja! Morirás aquí-y se alejó riéndose junto al secuestrador.
Sophie ya no tenía ninguna esperanza, cuando de su brazo surgió de nuevo una leve llama de fuego que comenzó a derretir la lápida.
Sin embargo tan pronto como llegó, desapareció dejando una pequeña marca en la palma de su mano.
Tenía los poderes de la princesa Iliana y los había descubierto demasiado tarde.
Golpeó fuertemente la lapida helada, pero de nada sirvió.
Sus ojos comenzaban a menguar la visibilidad, y cada vez se encontraba más en trance.
Pronto el frío del espacio donde se encontraba se hizo más evidente, y la joven princesa se durmió, mientras todo su cuerpo se helaba, y esperaba a alguien que la rescatara durante el resto de la eternidad.













35 comentarios:

  1. a quien le guste mi libro, que comente y me diga que puedo cambiar en el principio. Que hace muxo que escribi los primeros capítulos ;)

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  2. A mi me encanta y creo que no deberías cambiarlo nada jajaj sigue asi pequeño!!

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  3. jaja algo tendré que cambiar pekeña jaja. Aunk sé de sobra que te encatará siempre jaja. :)

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  4. Meeee gusta muchoo todo lo que llevas aun que ya sabes que el principio no me acuerdo mucho.. jaja Mi memoria.. :) Peroo estaa genial manito ya lo sabes!

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  5. muchas gracias manita!! un poco dory si k eres, pero sé que te gusta mucho. Y más que te va a gustar jaja

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  6. ya sabees que yo no soi mucho de leer pero bueno me lo tendre que leer pero por ser tu y xq seguro que esta genial , con todas esas palabras que pones super exoticas que me hacen mucha graciaa :D siguee asii !!!

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  7. jaja andrius seguro k te gusta cuando lo leas :)y esas palabras hija para sakarlas de ti EXOTICO jajaja tk muxoooo

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  8. Sara -> me gustaa mucho ya lo sabees jaja
    y seguro que lo demas esta genial :)
    ya me lo enseñaraas
    (te lo pongo anonimo qe si no no me deja jaja)

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  9. seguro k te encanta según avance. porque hay de todo asik cuando vaya colgando te aviso

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  10. Me gusta mucho el modo de narrar y la historia en general! :)
    Te lo curraste mucho jajaja
    Ánimo y siguelo eeh!

    :D

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  11. por supuesto :) ia he seguido llevo 175 paginas jaja me alegro d k te haya gustao te mantendre informada segun cuelgue los capis :)Bsos

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  12. Escribes bien, me sorprende que no tengas faltas de ortografía. Tu estilo es personal y muy propio.
    La historia parece interesante. Seguiré leyéndote. ;)

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  13. Me parece que este libro es muy fantasioso y a la vez muy interesante
    Esero que sigas escribiendo así siempre que no lo dejes porque enseri tu vale para esto eso tenlo muy presente
    Espero que algún día nos conozcamos jajaja es broma jajaja TKM
    ARABIA

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  14. Arabita espero que tu te lo leas de una vez!!! xk se k te va a encantar. y algun dia nos conoceremos seguro jajaja es broma k gansa eres jajaja y por favor leeelo en serioo, k seguro k algun personaje te gusta mas k danii ;)

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  15. Por fin pude leerme el prologo. Para ser el prólogo es muy largo, jajaaj Y me ha extrañado mucho k no tengas ninguna falta de ortografía.Tu forma de narrar es muy personal y entendible. Te parece o te resulta facil expresarte como antiguamente. Está bastante bien y espero poder leerte mas!! El capítulo 1 lo leeré en otro momento, que aun tengo k haceer muchas cosas. Bss y te sigo :)

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  16. jaja me alegra que te haya gustado mi forma de escribir. Cuando leas el capitulo 1, me dices haber qué tal ;)

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  17. miruChii : Ya leii el prologo y esta muy bien la verda ske me e qedado cn intringulis asike me da qe segiree leyendo cuando lea el capitulo uno te aviso =)
    esta muy biien carliitos
    Un besito compi de mates =)

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  18. La historia esta interesante, es un buen prólogo y tendré que seguir leyendo para poder decirte más. De momento te sigo a ver que me encuentro.

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  19. ok,ia veo que te ha gustado el capítulo 1 XD espero que te guste cada vez más ;)

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  20. Seguiré leyendo para decirte mi opinión, pero ya sabes que te sigo.

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  21. Hola!!! bueno como has dao mucho la tabarra con q lo lea... x ahora solo llevo el prologo xo esta bastante bien, eso si un pokito largo... yo pensaba q estaba ya metia en el capitulo 1... jajajaja... bueno a ver cuando sigo con el capi 1 y 2, xq ahora no puedo entretenerme mas, ok??? besos y mucha suerte con la historia!!!

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  22. Es fascinantes como narras la historia. Me haces imaginar cada escena como una pelicula!
    TE felicito, sigue así.
    Suerte!!

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  23. Muchas gracias yary ;) y espero, de verdad, que cada vez te guste más :) Un beso

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  24. Aii qué bonito :D Para mi gusto no hay que cambiar absolutamente nada, está perfecto así. Como ya te han dicho antes es bastante largo para ser un prólogo que generalmente no ocupa mucho pero ahí depende del escritor;) que para eso tiene derecho a escoger cómo será su historia:D Y por lo demás... me gusta bastante, iré a ver los capítulos:D Y me ha dado sensación de frío sólo con leerlo jaja

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  25. muchas gracias wappa!! jaja me alegro mucho de que te parezca perfecto. Y qué bien que te haya dado sensación de frío sólo con leerlo ;)

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  26. Aquí estoy después de tantos días prometiendo entrar. Como te acabo de decir, es un prólogo bien largo JAJAJA pero tiene todos los ingredientes para ir enganchando a los lectores. La princesa ha tenido su oportunidad pero ha sido derrotada, ahora todo depende de cómo continue la historia. Hasta el siguiente comentario Carlos.

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  27. Carlos me gustaaaa aunque es lo que dice bea que para ser el prologo es larguillo jajaja. Pero esta super bien.
    El capi 1 tendrá que esperar pero no te preokupes que si lo leo comento =))
    Bss

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  28. okiii muchiisimas gracias criis :)

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  29. Bueno, prometí leer la historia y aunque he estado un poco ocupada hoy me he leído el prólogo. La historia en sí, está muy bien. Yo personalmente soy de las que prefieren la narrativa más elaborada, descriptiva. Pero me gusta la sencillez de cuento en la que está escrita la historia. Consejillo, en los diálogos, no estaría mal describir las miradas de quienes hablan, gestos... eso te hace introducirte dentro del personaje, comprender sus emociones en ese momento. Como cuando Sophie llama a su madre bruja, te en cuenta que ella debería estar alucinando que su madre esté haciendo eso. Otra cosa, cuando la criada le dice que se vaya, por muy de confianza que sea: ¿no dudarías más? Te en cuenta que habla de su madre. Pero lo dicho, está bien. Seguiré leyendo otros y te sigo comentando. Kisses y duro con ello que la labor de escribir no es nada fácil ;)

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  30. Oh me encanta carlos, (aunk me allas tenido k explicar el final, no es k sea raro es k soy corta xD) sigue asi, yo voy a seguir leyendo los demas capitulos
    un beso

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  31. Hola, ya estoy aquí y traigo conmigo la crítica que te prometí (tranquilo, no te voy a fusilar)
    -El vocabulario me gusta, aunque deberías buscar más y no repetir, pero está genial.
    -La narrativa, preciosa, y la idea muy, muy original.
    A priori y con lo poco que he leído, me gusta mucho, pero los capítulos los deberías publicar a partes, que tan largos cansan.
    Pero mis sinceras enhorabuenas, me gusta tu historia.

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  32. Esta bien, la idea es muy original, eso de que los helados vuelen con un sencillo motor de aire frío es lo más raro del mundo pero bueno...y tío, si pones una encuesta, no pongas todas las posibilidades positivas...

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  33. Esta muy bien, de verdad, te has pensado bien el prologó y has sabido darle vida hasta el ultimo momento, ¡me encanta! en cuanto pueda me iré leyendo los capitulos, espero que nunca dejes de escribir la historia porque esta muy bien :D

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  34. Genial!! Felicidades ^^ Aklis me recuerda a la madrastra de Blacanieves jajajaj.
    Bueno, como prometí, aquí esta mi comentario, ahora me voy a seguir leyendo, que todavía me queda para ponerme al día :P

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  35. A ver, te seré sincera.
    La historia me gusta, buena temática, personajes prometedores blablablá. Pero eres demasiado explícito, no sabes crear escenas, te falta vocabulario y los personajes no están bien caracterizados. En resumen, sé lo que quieres expresar y soy consciente de que pinta bien pero tienes que afinar tu estilo. Necesitas contrastar y un editor (que sea honesto contigo y no tema criticarte) si quieres que esto salga a flote.

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