viernes, 18 de marzo de 2011

Capítulo I ¿ Dónde está mi helado ?

-¡John! -gritó mi padre de un modo estruendoso.
-¿Qué pasa papá?-contesté.
Me levanté de mi cama y al instante volví a escuchar el grito de mi padre:
-Que ya bajo, papá - le volví responder, gritando esta vez.
-No me hables con ese tono, John.- me replicó.
Los padres siempre creían que nos maleducaban al mínimo grito que les diéramos.
 Salí de mi habitación, que era bastante pequeña, y bajé corriendo las escaleras, que chirriaban a mi paso. Eran unas escaleras muy antiguas debido a las numerosas generaciones que había acogido la casa.
Mi casa no era muy grande pero servía para que mi padre y yo viviésemos adecuadamente.
Caminé por el pasillo que llevaba a la cocina y entré.
 Al entrar vislumbré a mi padre que cortaba pan mientras a la vez lo tostaba. Él era Reynold, el fabricante de helados voladores del Reino Helado. Era la única persona del reino que fabricaba dichos aparatos. Por eso, nuestro pueblo era tan famoso entre todo el Reino Helado.
Cuando era pequeño, en mi fiesta de sexto cumpleaños mi padre me regaló un helado para que cuando creciera pudiera viajar por todo el reino y conocerlo en su plenitud.
Realmente, a veces me costaba creer que mi padre fuera capaz de fabricar los helados voladores.
Y él pensaba que mi futuro sería el mismo. Pretendía enseñarme a fabricarlos para que después de su fallecimiento su legado pudiera continuar.
Aunque su funcionamiento no era excesivamente difícil de entender. Los helados existían gracias a un motor de aire frío que les permitía elevarse y debido a las condiciones climáticas del reino helado, no se fundían durante los viajes.
Desde la lejanía observé el rostro de mi padre. Era un hombre de aspecto demacrado. Tenía el cabello moreno con canas que cada vez se hacían más evidentes debido al duro trabajo realizado durante todos estos años.
 Entonces me acerqué sin que lo supiera:
-Ya estoy aquí. ¿Por qué me gritabas tanto?- le pregunté mientras se giraba para saludarme.
-Y no te acuerdas. Por dios, hijo, eres demasiado despistado. No logro entender a quién de nuestra familia habrás salido.
-Entonces, ¿qué querías?- le volvía a preguntar a la vez que se enfadaba cada vez más.
-¿Es qué no te acuerdas qué tenías que hacer hoy, cabeza de chorlito?
-¡Oh no, tenía que ir al palacio del Rey Polar! Vaya cabeza que tengo.
- Pues sí, y ahora te das cuenta- me dijo en tono irónico.









Semanas antes, un soldado de la corte del Rey había llegado a nuestra casa para requerir mi asistencia frente al rey:
-El Rey no puede esperar, señor Reynold. Es un tema que no se puede tratar aquí. Algo malo ha ocurrido en palacio hace varios meses, y nuestro monarca no sabe qué hacer al respecto- le había dicho a mi padre, hace unas semanas.
-Pero, ¿qué ha ocurrido? Pobre amigo mío. Su mundo se está convirtiendo en un infierno y yo no puedo asistir a ayudarle.
-¿Por qué, señor? Le repito que le necesita. Tiene que acudir a su llamada.
-Yo iré, padre. Si mi rey me necesita, será un placer ayudarle si está en mi mano- le había respondido al soldado, mientras mi padre me miraba anonadado.
-Está bien. No sé qué dirá el rey pero si puedes ayudarle, te lo agradecerá.
-Hijo, no puedes ir. Puede ser peligroso, y si algo te sucediera actuando en mi nombre, no me lo perdonaría nunca.
Y así el soldado se marchó tan rápido como había venido, sin que mi padre pudiera evitar que lo hiciera.








Y desde ese día llevaba esperando con ansia partir hacia la ciudadela, pero a veces mi memoria me jugaba malas pasadas.
Pero antes de irme iría a Lianel, el pueblo donde vivíamos. La gente me conocía y me ayudaba siempre que podía. Allí compraría provisiones para el viaje, del que esperaba regresar vivo.
El viaje hacia el Palacio de su majestad era bastante largo. Así que debía apresurarme si quería llegar a tiempo.
El Rey Polar era el dueño de las tierras del norte, sur y centro del reino.
Y Lianel se encontraba en el noreste del reino, con lo que el viaje hacia el centro del reino, donde se encontraba la ciudadela, no terminaría en menos de cinco horas en mi helado.
El monarca tenía dos hijos, Michael y Sophie. Vivían al final de la ciudadela, según lo que me había contado mi padre.
Y tenía una mujer, la reina Aklis, que había fallecido hace unos meses, en un extraño suceso del que no conocíamos los detalles.
Si lo que nos había contado el soldado había sucedido antes de la muerte de Aklis deberíamos saberlo, pero la muerte de la reina estaba envuelta en una gran nube de confusión. Y puede que el hecho tan importante al que debía responder estuviera relacionado con la ella.
Y el rey estaba rodeado de desgracias desde mucho antes de la muerte de su mujer; ya que su hijo, el príncipe Michael, había sido secuestrado hace más de cinco años por unos bandidos que no habían soltado al joven después del pago del monarca.
También había varios rumores sobre la desaparición de su hija, pero los aldeanos no podían creer que su monarca viviera rodeado de sólo desgracias que lo hacían más vulnerable frente a sus enemigos de Reino del Fuego, con los que mantenía una tregua constante que fácilmente podía llegar a romperse.
Ahora que lo pensaba, ¿y si la princesa había desaparecido realmente, y debido a la ausencia de su hijo, el Rey no tenía a nadie que le prestara su ayuda?









Cogí una tostada fría de la mesa y salí de la cocina hacia mi habitación.
Me vestí rápidamente y pude observar mi rostro en el espejo mientras terminaba de hacerlo. Tenía el  cabello moreno, como el de mi padre, y algo largo. Casi siempre me hacía una coleta para ir más cómodo. Mis ojos eran de un azul intenso que había heredado de mi madre.
 Ella había fallecido hace dos años cuando salió a por fruta al bosque que hay al lado de mi casa, y cayó por el precipicio situado en un claro al final del bosque mientras intentaba coger una manzana que había en una roca.
Desde ese día caí en una depresión. Pero un día pensé que mi madre no me querría así.
Salí de mi habitación y baje las escaleras otra vez, no sin antes decirle adiós a mi padre, que se había ido al sótano a buscar más pan.
Después de ir a Lianel, regresaría a despedirme finalmente de mi padre.
Cuando traspasé la puerta vi todo el bosque a mi derecha y el camino que llegaba a Lianel a la izquierda.
Caminé en dirección a Lianel y mientras lo hacía miraba la belleza de los grandes árboles del camino empedrado. No era un camino excesivamente largo, pero aun así era una un gran periplo regresar sin ningún rasguño a tu destino, ya que el mal estado de aquel camino producía varios accidentes no deseados.
Me dirigí hacia la muralla de entrada a Lianel, que estaba custodiada por Billy, el protector de la aldea. Era un anciano de cabellos blancos que siempre se mostraba educado con los extranjeros. Era demasiado amable para ser el custodio de la puerta:
-Buenos días, John- me saludó el anciano dejándome pasar.
-Hola, Billy, ¿qué tal las cosas por el pueblo?
-Como siempre. La vida en este pueblo es muy monótona, ya lo sabes.
-Bueno, pues deséame suerte en mi viaje.
-Se me había olvidado, joven. De todas maneras espero que tengas más que suerte en tu viaje. Todo el mundo habla de ello, así que prepárate para las continuas preguntas de nuestros vecinos.
-Hasta luego- me despedí cortésmente.
 Entré al pueblo y fui caminando por la calle principal. Era un pueblo bastante pequeño pero tenía lo necesario: carnicería, taberna e incluso un herbolario.
Para comenzar iría a la taberna para tomarme algo y despedirme de mi amigo de la infancia, al que hacía bastante que no visitaba.
Hace unos meses, el padre de mi amigo murió debido a una terrible enfermedad. Entonces como herencia, le dejó como dueño del establecimiento.
Desde el exterior de la taberna, escuche el continuo ruido que desprendía.
Entré a la taberna y me senté en una de sus mesas circulares. Era un bar muy acogedor con mesas alrededor de éste. En el centro estaba la barra, donde los camareros te atendían excelentemente. Los habitantes de Lianel nunca nos habíamos quejado del servicio en la taberna. Y ahora que Adam, mi amigo, era el dueño de éste, le daba un mejor ambiente y diversión a nuestras tardes de aburrimiento.
Adam se acercó preguntándome qué deseaba mientras miraba de un lado a otro:
-¿Qué quieres tomar, amigo mío?- me preguntó amablemente. Hace bastante tiempo que no nos vemos. Los dos hemos estado bastante liados.
 -Dame una cerveza bien fría, por favor.
-Bueno, ahora mismo te lo traigo- añadió, sonriendo-. ¿Qué te cuentas, John?
-Hoy tendré que ir al palacio del Rey Polar- le dije recordándole lo que hace unos días le había contado.
-Pues que tengas suerte en tu viaje porque cuando el rey manda llamar a alguien de confianza como eres tú, significa que es un tema de vital importancia. Y si vuelves con todas las partes de tu cuerpo, estaré tranquilo.
-Eso creía yo- añadí mientras comenzaba a reírme de las palabras de mi amigo.
Me tomé la cerveza rápidamente y me despedí de Adam dándole un abrazo.
Las despedidas siempre eran tristes, y esperaba poder volverle a ver pronto.
Salí de la taberna y me dirigí al herbolario de la curandera del pueblo, Mary. Mientras llegaba la gente me saludaba alegremente.
El herbolario estaba situado en un callejón, como si estuviera separado del resto del pueblo. La gente decía que Mary era una bruja. Pero yo siempre había conectado con ella. Había sido para mí como una madre. Incluso un día me desveló que el famoso rumor que la rodeaba, lo había creado ella misma.
Entré por una puerta repleta de todo tipo de flores decorativas. Pero el interior era mucho más llamativo. Tenía jaulas con mariposas de todos los colores y en las escaleras había plantas colgantes que llegaban hasta el suelo cubierto de tierra abonada.
Al llegar al pequeño mostrador, vislumbré a Mary, escribiendo en su pequeño cuaderno de flores.
Me acerqué a ella y le di un beso rozándole sus cabellos castaños rodeados por una diadema de mariposas forjadas:
-Hola, Mary. Necesito plantas medicinales para mi viaje-Mary se giró hacia mí y me miró con cariño.
-Hola, cariño- exclamó Mary, asustada ante mi rápida aparición-. Enseguida te traigo algunas contra heridas de todo tipo. No permitas que te hagan usarlas. El uso continuo de estas plantas puede llegar a tener efectos secundarios.
-Está bien, pero por favor, tengo prisa- le dije nervioso.
-Oh, lo siento, mi amor.
Entró en el almacén de la tienda y me trajo dos bolsitas de tela con hierbas dentro:
-Gracias, Mary.
-De nada y cuídate, que te quiero volver a ver por Lianel. Si te perdiera no podría seguir viviendo- le dijo mientras unas finas lagrimas caían pos sus ojos.
Y entonces nos fundimos en un largo abrazo. Estaba evitando no llorar al despedirme de mis seres queridos, pero rápidamente una lágrima comenzó a brotar de ambos ojos. Sería bastante difícil no pensar en ellos pero sabía que ellos me ayudarían desde la lejanía.
 Después de la cálida despedida, me adentré en el callejón por el que había llegado.
Pero aún se me olvidaba algo.
 Tenía que ir a la carnicería para comprar provisiones. Esta se encontraba justo en frente de la taberna.
El establecimiento era bastante reducido pero eso no afectaba a la calidad de sus productos. Estos se encontraban en una estrecha vitrina donde difícilmente cabían.
 El dueño de la carnicería era muy amable y nadie podía quejarse de sus servicios.
Cuando entré, el carnicero ya tenía preparadas todas mis provisiones. Se acercó a mí dándome varios filetes de oso polar, la especialidad de nuestro reino. Además, me regaló otros filetes como compensación por mi compra.
Todo esto estaba dentro de una gran bolsa de piel.
Días antes acudía a reservar el pedido y entregaba mi bolsa para estos. Era una antigua tradición en nuestro pueblo, y la gente lo realizaba como algo normal en su vida.
Después de haber hecho todas mis compras, me dispuse a salir de Lianel.
Miré atrás lentamente mientras recorría con la mirada toda la aldea.
Dejé de pensar en Lianel, y me giré de nuevo.
Me despedí de Billy e inmediatamente eché a correr de nuevo hacia mi casa.
En ese mismo instante comenzó a nevar. Cuando nevaba los viajes en helado se hacían mucho más duros debido a la poca visibilidad que había. La suerte no me acompañaba ese día. De eso no tenía ninguna duda.
Tras recorrer el camino que regresaba a mi hogar, sano y salvo, llamé rápidamente a la puerta. Ahora solamente faltaba despedirme de mi padre, al que le costaría desprenderse de mí. Desde la muerte de mi madre se había transformado en un padre muy protector, demasiado, pensaba yo.
Al entrar de nuevo a la cocina, Reynold se acercó sabiendo que había llegado la hora de despedirse de mí:
-Bueno hijo, dale mis más preciados saludos a su majestad. Y ruégale que me disculpe por no haber podido acudir yo mismo- me dijo mientras me abrazaba fuertemente.
-Suéltame papá, que estoy a punto de ser aplastado- le susurré quedándome sin aire y con cierto tono irónico.
-Lo siento, hijo, es que me cuesta mucho apartarme de ti.
-No me digas. No me había dado cuenta.
Ambos nos reímos y nos dimos un último abrazo, esta vez, un poco menos fuerte.
Cuando me encontraba a punto de salir, observé como mi padre se derrumbaba ante mis ojos:
-Te juro que regresaré para aprender tu legado. Y pensaré en ti durante mi viaje, pero no sufras. No es seguro que el rey me pida algo totalmente peligroso.
 Traspasé la puerta sin mirar atrás y me encaminé a la derecha, al bosque donde tenía aparcado mi helado.
El tamaño de los copos de nieve crecía mientras me dirigía hacia la entrada del bosque. No veía prácticamente nada, y andaba con paso de ciego.
Era un bosque formado esencialmente por pinos muy altos y un suelo helado donde antes había habido un cálido río. Eso fue cuando no hacía tanto frío y la princesa Iliana, antigua reina, hacía que todo estuviera cálido y agradable, ya que, según la leyenda, tenía el poder de controlar todos los elementos.
Cuando murió a manos de un soldado del reino del fuego, situado al este y oeste del reino, mandado por el antecesor de Musfogn, el actual rey de ese reino, entonces todo volvió a ser como había sido antes, frío.
Iba caminando mientras observaba los hermosos pinos repletos de nieve que caía y se deslizaba por sus hojas. Antes también había flores pero desaparecieron. Aun así ese bosque tenía una magia inimaginable.
Difícilmente logré llegar al claro donde siempre aparcaba mi helado, pero con la poca visibilidad no encontraba mi helado entre los helechos que normalmente lo rodeaban.
Comencé a buscarlo por todo el recinto alejando la nieve de mi rostro. Y nada, mi helado no estaba por ningún lado.
¿Y ahora qué haría si el rey me necesitaba con tanta urgencia?
Pero pronto averigüé lo que sucedía.
Un fuerte ruido rodeó el claro y observé incrédulo como mi helado sobrevolaba el cielo, montado por un joven al que no lograba ver el rostro.
¡Era un bandido! Lo que faltaba era eso para que este día fuera el peor de toda mi vida:
-Pero se puede saber qué haces-grité al cielo enojado mientras el joven se alejaba de mi posición en dirección a mi casa.
Tenía que proteger a mi padre de aquel bandido.
Sin pensarlo, comencé a correr inmediatamente de vuelta a nuestra cabaña.
La visibilidad seguía siendo nula, y corría sin saber absolutamente dónde me encontraba.
El suelo helado del bosque sonaba a la vez que daba fuertes patadas al suelo, mientras corría.
Las ramas de los pinos me arañaban fuertemente en la mejilla, produciendo cortes superficiales de los que comenzaba a brotar sangre.
Sin embargo, no me imaginaba lo que sucedería a continuación.
El hielo cedió y el suelo del bosque empezó a quebrarse, a la vez que yo seguía corriendo.
Tenía que llegar a mi casa antes de que el suelo cediese por completo.
Pero la visibilidad de nuevo me jugó una mala pasada, y no pude evitar el tronco de un árbol que descansaba sobre el suelo.
Tropecé y quedé incrédulo en el hielo, observando cómo se quebraba cerca de mí.
Me intenté levantar pero resbalé justo en el momento en el que el hielo de donde me encontraba terminaba de romperse, y caí en dirección a la helada agua que me esperaba.
Choqué contra el agua al penetrar en ella y perdí el conocimiento mientras me golpeaba con los restos de hielo que circulaban por el agua.









Un fuerte ruido me despertó de mi letargo.
E intenté abrir los ojos pero rápidamente se me cerraron sin que pudiera evitarlo.
Alguien se acercaba nadando por el agua en mi dirección, lo sentía.
No podía creerme lo que estaba sucediendo y no sabía si mi vida estaba a punto de acabar en ese río helado que tantas veces había recorrido.
De repente, alguien me agarró de mi chaqueta de piel, y con fuerza ascendió hacia la superficie.
En el momento en el que estuvimos fuera, tomé una larga bocanada de aire tranquilizando mi cuerpo.
Pero más sorpresas me esperaban al abrir los ojos.
El bandido que había robado mi helado me observaba preocupado:
-¿Te encuentras bien?- me dijo temblando e intentado tranquilizarse.
-¿Qué qué? No, no estoy bien. Y eso es solamente por tu culpa.
-Entiendo, tienes tus razones para enfadarte.
-¿Quién eres?- dije, decidido a averiguar la identidad del bandido.
Miré atentamente al joven mientras este se desprendía de su turbante, y daba a conocer su identidad.
Y no esperaba lo que me depararía a continuación.
Su cabello rubio cayó hacia abajo y observé cómo sus ojos me observaban detenidamente:
-Soy el príncipe Michael.











24 comentarios:

  1. Ainsss que recuerdos ehh.. jaja esto cuando lo leii?? Más o menos un año no? :) Jajaja
    Son geeeniaales! Siquee asii y acer si escribees queee quiero saber como continuaaa... :)

    Maniitos al poder! (L)

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  2. jajaja pues este finde escribo, PALABRA!! k se k te mueres pork pase algo mas, no destripes nada k todavia hay gente k va por el capi 1;) aunk tu eres una privilegiada k lo sabe todo ajjaja

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  3. micheeeeeeel!!!!!!!! lo sabia wahahaha =)
    que mala suerte tiene todo el mundo D: pero que ha pasado con sophie!? DD: la pobre...
    =DDD

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  4. jajaja pues poco a poco te iras enterando. Me encanta que estes tan entusiasmada en serio :) Seguramente cada vez te guste más. Si supieras lo que va a pasar ;)

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  5. ei!! me ha gustado mucho! Enhorabuena

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  6. Me ha gustado mucho! :)
    Pues yo no sabia que era michael, y me he quedado a cuadros jaja
    Yo también tengo ganas de saber que pasó con sophie así que tu síguelo! xDDD

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  7. k bien k te vaya enganxando más, eh?? jaja. No te preocupes que seguido está, sino que tardare en colgar el 2 porque tengo k seguir escribiendo por donde voy io pero pronto te avisare. Y gracias por preocuparte por John, k el pobre a partir de ahora no gana para disgustos, aunque tambien gana gustos ;)

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  8. Me ha encantado, el final es intrigante, como a mí me gusta ^^
    Lo único, los fallos que te he dicho xD
    Y lo veo un poco una mezcla de "Narnia" y "Eragon" xD ¿Te has leído los libros?

    Un beso!

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  9. si me los he leido, pero en serio que segun avance el libro, se aleja bastante. Hazme caso ;)
    Y aunque hay detalles que puede que se parezcan, mira todos los libros de vampiros que hay ahora que muchos al principio se parecen a crepusculo y no tienen nada que ver. Pero me alegra que te haya encantado, porque te va a gustar más :)

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  10. Wow, en serio, me encanta la historia. Tiene de todo: humor, fantasía, unos personajes bien descritos... Y la idea de los reinos de fuego y hielo, me recuerda bastante a la mitología nórdica. El personaje de John me gusta bastante, es el típico chico sencillo que acaba solucionando el conflicto. Y con la aparición del príncipe Michael me has dejado totalmente perdida... Cuando han dicho que llevaba años desaparecido creí que habría muerto... En fin, que me ha encantado la historia. Te sigo, y espero pronto un nuevo capítulo. Un beso :)

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  11. Esta muy bien! ^^
    Sin duda me voy a enganchar a tu historia...
    Lo unico que no me ha gustado es que, para mi opinion das demasiados detalles...

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  12. es que no es historia, es libro y tengo que dar detalles de los protagonistas, el paisaje etc... jaja. Me alegra mucho que te haya gustado ;), te avisaré cuando cuelgue más.

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  13. ARABIA:
    bueno carlitos pues como ya te he dicho que sigas escribiendo porque tu vales para esto y mucho mas
    y que sepas que cuando lo publiques me tienes que dar parte de tu comisión porque yo te he ayudado a escribirlo que lo sepas jajaja
    PD: es broma pero por lo menos me lo firmaras jaja

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  14. no, te escupiré jaja. Es broma. Aunque a lo mejor digo k no te conozco . Jajaa. Teequiero arabios

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  15. Está bien, me ha gustado bastante. Ahora...has dejado la intriga al final y eso es algo que me gusta y no XDD Tendré que seguir leyendote XD

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  16. me alegro mucho. Y así, con la intriga al final, os quedais con ganas de mas ;)

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  17. Oh no me lo esperaaaaba:$ qué intriga con lo de Sophie, suerte que ya puedo leer el siguiente jajaja Y respecto a lo que ya te han dicho de que los reinos y tal recuerdan a esos libros, a mí no me parecen iguales xD nosé, me gusta, tiene buena pinta ;) y John no sé por qué me da mala espina T.T jajaja debe ser que tengo muy marcada la vena maligna jajaja

    Me gusta, me gusta:D

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  18. jajajaja qué bien!!! pues john el pobre con lo bueno que es XD jaja

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  19. Esta genial!!! voy a seguir, q m despisto 2 dias y me pierdo!!!!!!!! :-D

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  20. ok jajaja espero que siga gustando :)

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  21. Bueno pues ya por fin leo algo tuyo Carlos. La historia no pinta nada mal. Veo que repites algunos sinónimos pero saeguro que más adelante irán desapareciendo. Próximo comentario en breves.

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  22. Me gusta el nombre del capítulo. La verdad que me gustan los libros en los que los capítulos tienen nombre. Por lo demás todo bien. Ojo con repetir palabras. Eso pasa cuando uno escribe, pero cuando revises la historia después de haber escrito el capítulo, fíjate en ello y también en no repetir palabras con sonidos parecidos (truco que aprendí en la facultad) Esto último no es que lo haya visto en tu capítulo, pero bueno, un consejo nunca está de más. Kisses writer ;)

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  23. La historia está genial!! aunque creo que este capítulo tiene demasiados párrafos... bueno, sólo es una opinión, si te sirve de algo... :P Espero que los demás capítulos sean así de interesantes jejeje

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  24. Guau, guau y requeteguau (parezco un perro xD) has empezado bien fuerte, y eso me gusta. Yo te recomendaría que dividieses los caps en partes para que la gente no se agobie al ver tantos parráfos pero solo es una sugerencia. Besos ^^

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