Sentí sus labios helados incluso antes de atreverme a besarla. Un intenso calor pareció inundarlos antes de entrar en contacto con los míos, deseosos. Y, sin poder si quiera controlar alguno de mis torpes movimientos, aprecié como aquel fervor se transmitía a todos y cada uno de los lugares de mi cuerpo.
Nuestros labios finalmente se unieron en un beso tan increíblemente apasionado, que sentí como el cuerpo de la joven se estremecía. Solamente el hecho de sentirme junto a Sophie provocó que todo mi ser diera vueltas de un lado a otro, seguramente cambiando mi mundo para siempre.
Acto seguido, la temperatura de todo mi cuerpo aumentó hasta límites insospechados. Me habría asustado si no hubiera sabido que aquella sensación sólo me la provocaba Sophie, solamente ella.
Aunque hubiera querido, no habría podido describir lo que sentí en aquel momento. Sus labios, ahora tan cálidos y cercanos, provocaban que mi cuerpo entero se sacudiera y ardiera como nunca antes lo había hecho. Parecía no ser la primera vez que nos besábamos. Quizá como si todo aquello estuviera predestinado a ocurrir desde hacía siglos.
Mis brazos, descontrolados, avanzaron por todo su cuerpo sin ni siquiera pararme a pensar en la respuesta de la princesa a mi atrevimiento. No obstante, en ese momento, todo parecía darme igual. Sophie había correspondido a mi beso completamente y aquello era lo único que me importaba.
Porque nunca había sentido nada parecido. Nunca.
Impidiéndome pensar en cualquier otra cosa que no fuese ella, nuestras lenguas se rozaron en un instante tan ridículo, que deseé con todas mis fuerzas que se hubiera prolongado durante años, quizá durante el resto de la eternidad.
Sin embargo, nuestros labios se alejaron antes de que pudiera ocurrir de nuevo. Repentinamente, sentí aquello como un rayo que hubiera caído con el único objetivo de separarnos para siempre.
Un inesperado temor recorrió todo mi cuerpo al imaginar lo que podría suceder en los siguientes instantes. A pesar de aquella absurda sospecha, pronto sentí como Sophie se aproximaba de nuevo hacia mí.
Y, antes de que la joven pudiera si quiera evitarlo, nuestros labios se unieron de nuevo en un beso que me pareció más salvaje y excitante incluso que el anterior.
Nos apretamos aun más contra la corteza de aquel árbol y, de repente, una leve ventisca sacudió el cabello dorado de Sophie, acercándolo hacia mi rostro de una forma tan violenta como placentera.
Detuve nuestro beso y le aparté el cabello del rostro, colocándolo detrás de su oreja, exactamente como había hecho anteriormente. En el instante en que mi mano rozó una de sus mejillas, observé su rostro, tan hermoso como la primera vez que la conocí.
Desde que se había aparecido para salvarnos de los soldados del Reino del Fuego, desde entonces, supe que a través de sus ojos azules podría ver el mar, aunque se encontrara a miles de kilómetros. Desconocía por qué hasta entonces no había sido capaz de percatarme de la belleza de la joven.
Sin embargo, mis observaciones se vieron interrumpidas por una gran cantidad de viento que azotó la zona, impactando con fuerza contra nuestros cuerpos.
Quizá fue ese instante de aire fresco el que me permitió aclararme las ideas. O quizá fue mi mente que, de manera completamente involuntaria, estaba avisándome del peligro de mis actos.
No obstante, de pronto, todos mis pensamientos me parecieron totalmente fuera de lugar. ¿En qué momento la joven princesa había empezado a significar algo para mí? Sabía de sobra cual era mi misión, pero mis sentimientos no entraban en ese juego. Nunca lo harían. No si podía evitarlo.
Por un instante todo lo ocurrido me pareció una auténtica farsa, incluido el beso con Sophie. Pero, cuando me decidí a bajar la vista y vislumbré sus hermosos ojos azules observándome con incredulidad, todas mis cavilaciones pasaron a un segundo plano.
Verla entre mis brazos era suficiente para hacerme ver que, sin lugar a dudas, estábamos destinados a estar juntos. En aquel momento era lo que sentía y ni siquiera mi misión podría hacerme cambiar de opinión.
Intenté olvidar mi arrepentimiento y la gran fuerza que ejercía mi razón sobre lo que mi corazón estaba diciendo a gritos que hiciera. Y, gracias a los dioses, lo conseguí.
Me percaté de la pequeña distancia que me separaba de la princesa y, sin pensarlo, agarré con suavidad el brazo de la joven para poder así atraerla de nuevo hacia mí.
Sin embargo, de pronto, percibí como todos los músculos de su cuerpo se tensaban. Y, cuando dirigí mi mirada hacia sus ojos, noté como la anterior expresión de incredulidad se había visto sucedida rápidamente por una de furia, o eso me parecía. Eso no indicaba nada bueno.
Pensé que lo mejor sería intentar tranquilizarla, pero quizá ya era demasiado tarde para eso.
Con toda la calma que mi cuerpo me permitió, me acerqué hacia Sophie y fijé mi mirada en ella, intentando evitar lo que estaba a punto de suceder.
Por desgracia, tras unos segundos que se me hicieron eternos, mis sospechas se verificaron.
Observé como la princesa levantaba la mano y pronto sentí como esta impactaba con fuerza contra mi mejilla, destruyendo la magia de aquel momento con un único y sencillo movimiento. Rápidamente, me llevé la mano derecha al rostro como señal de indignación, o quizá para indicarle que ya había sido suficiente. No obstante, y como era habitual en ella, la joven no me permitió responder a su ofensa.
- ¿Cómo te atreves?- gritó, apartándose lo más rápido posible de mí.
Parecía como si me temiera, o como si solo estar cerca de mí le resultara repulsivo. La mísera idea de que mis conjeturas fueran ciertas me produjo un doloroso vuelco al corazón.
- ¿Atreverme a qué?- exclamé, intentando desafiarla.
En aquel instante, hacer frente a Sophie era la única forma de recuperar la dignidad que había perdido tras su rechazo. Tenía muy claro que no permitiría que sucediera de nuevo. La próxima vez sería yo quien lo hiciera.
- Sabes de sobra de lo que estoy hablando, John.
Sin ni siquiera responder a sus últimas palabras, caminé rápidamente hacia Sophie, deteniéndome a escasos centímetros de ella.
- No te acerques a mí. Nunca más.
Aquellas palabras cayeron sobre mí como un jarro de agua fría, destruyendo todo aquello que había sucedido entre nosotros. En un segundo, se me cruzó por la mente realizar mi misión tal y como me habían ordenado. Solo así podría vengarme realmente de ella. Pero verla ahí, paralizada ante mí y observándome de aquella forma, me impedía actuar de la forma que, seguramente, mi razón estaba pidiendo a gritos que hiciera.
Haciendo caso omiso de sus imposiciones, avancé lentamente hacia ella de nuevo, percibiendo como la paciencia de Sophie estaba cerca de llegar a su fin. Con todas mis fuerzas intenté aparentar tranquilidad y clavé el pie en el suelo. Me detuve, sentí la brisa sobre mi rostro y fijé mi vista en ella, solamente en ella.
- ¿Acaso vas a negar que te ha gustado?
La princesa pareció detenerse en su intento de fuga, y su mirada cambió completamente, como si aquellas palabras le hubieran hecho recordar todo lo ocurrido en los últimos minutos. Algo demasiado atractivo que rememorar.
- No tiene absolutamente nada que ver con eso, John. No confundas las cosas- añadió, no sin antes tomar una larga bocanada de aire para tranquilizarse.
Ignorando completamente las consecuencias que podían tener mis continuos atrevimientos, desafié al destino nuevamente y atraje a Sophie hasta mis brazos. Su cuerpo impactó contra el mío con brusquedad y creí que todo mi cuerpo explotaría en cualquier momento si la joven volvía a rechazarme.
- ¿No te das cuenta de que mi vida está en juego, John?- aun gritando, sus ojos reflejaron por un instante una resignación que no estaba dispuesto a aceptar-. No tenemos tiempo para esto.
“Desconoces totalmente lo importante que es esto para tu salvación’’, pensé maldiciéndome a mí mismo por no ser capaz de contarle toda la verdad. Puede que de aquella manera lograra sentirme algo mejor conmigo mismo.
No obstante, a pesar de sus últimas palabras, no estaba dispuesto a permitir que esto terminara así. Si tenía que ser algo rudo con ella, lo sería.
Además, de repente, su vida comenzó a parecerme mucho más importante. Aunque algún día me despreciara por haberle mentido, mi obligación era salvarla. Su vida estaba por encima de cualquier relación que pudiera llegar a surgir entre nosotros algún día, me dije.
Tras dejar atrás mis profundos pensamientos, respiré hondo y me preparé para provocarla aun más. Solo así podría traerla de vuelta a nuestro mundo.
- Princesa, será mejor que te calles- le espeté, con toda la mala educación que estaba dispuesto a emplear para lograr mi objetivo.
De nuevo, Sophie me abofeteó sin ningún miramiento. Aquel simple golpe resonó en todo el “bosque ambulante’’ y, acto seguido, elevé mi rostro para contemplarla de nuevo.
- Quizá esta bofetada ha dolido un poco más que la anterior, princesa.
Sophie pareció recibir aquella frase como una auténtica bofetada de mi parte, e increíblemente se arrimó aun más contra mi cuerpo, con una leve sonrisa en el rostro.
- No sabes lo mucho que estoy empezando a odiarte, John Final. Con todas mis fuerzas.
De pronto, su mirada cambió totalmente. Y, sin que pudiera dar crédito a lo que estaba sucediendo, se aproximó aun más a mí y me besó. Desconcertado, recibí su beso como buenamente pude y envolví su cuerpo entre mis brazos. Sus labios, frescos esta vez, se unieron a los míos y sentí como, nuevamente, todo mi ser se agitaba. No pude continuar pensando en nada, porque mi cuerpo solo respondía a sus besos.
Tomando por completo el control de la situación, Sophie agarró mi chaqueta de piel con fuerza y me arrastró rápidamente por el bosque, sin que yo pudiera hacer absolutamente nada para evitarlo.
En pocos segundos, la joven se detuvo en mitad del bosque y, con suavidad, separó sus labios de los míos. El mero hecho de separarme de ella tan pronto me provocó un tremendo escalofrío. Intenté apartar mi mirada de sus ojos azules, de su rubio cabello, antes de que me fuera imposible controlar todos mis instintos.
De improviso, agarrados de la mano, comenzamos a observar el entorno. Aquel bosque era tan hermoso que, si no hubiera estado tan asombrado con los besos de la joven princesa, habría permanecido varios minutos observándolo. Los árboles, frondosos, se erguían hacia lo alto, creando un auténtico techo formado por sus copas. Y, precisamente, la semi-oscuridad que reinaba en el “bosque ambulante’’ hacía de él un lugar extraordinariamente mágico.
Una rápida sonrisa asomó el rostro de Sophie y, todavía de la mano, iniciamos un rápido paseo hacia un cercano cúmulo de rocas cubiertas, en su mayoría, por musgo que desprendía su frescura a kilómetros.
Su mano me transmitía fuerza, una fuerza que me provocaba olvidar absolutamente el lugar donde realmente me encontraba: El Limbo. Olvidar que todo lo que estaba ocurriendo, verdaderamente no sucedía en el mundo real. Aun así, el mero hecho de tenerla entre mis brazos era lo único que realmente me importaba, estuviéramos donde estuviéramos.
En pocos segundos, disfrutando de la hierba fresca bajo nuestros pies, llegamos hacia aquel grupo de rocas. Sostuve su mano con suavidad, y dejé caer mi cuerpo sobre una de ellas. Sophie, caminando lentamente, se recogió su hermoso vestido azul claro entre sus dedos y posó sus piernas sobre las mías.
El musgo fresco cubría mis ropajes de humedad, aunque en aquel momento poco me interesaba. Seguramente, a pesar de aquellas rocas frescas y húmedas, podría haber permanecido el resto de mi vida en sus brazos.
Podría resultar incomprensible el hecho de pensar aquellas cosas sobre una persona que hacía tan poco que conocía, pero realmente tenía esa extraña sensación.
No obstante, inesperadamente, escuché la voz de Sophie, que me expulsó violentamente de mis cavilaciones:
- John, ¿qué estamos haciendo?
A ciencia cierta habría decidido responder a su pregunta, y puede que hubiera sido un nuevo motivo de disputa. Pero, inesperadamente, algo me detuvo. Había percibido una presencia en el “bosque ambulante’’.
Aquella presencia, una extraña sombra, avanzaba hacia nosotros, escondiéndose entre los árboles. Veloz, ágil, cada instante más próxima a nuestra situación. A su paso, los árboles se desplazaban de un lado a otro y sus respectivas hojas volaban sobre nuestras cabezas.
Un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral, dejándome completamente paralizado. Acto seguido, abrí los ojos repetidamente para cerciorarme de que todo aquello estaba sucediendo en realidad. A pesar de mis esfuerzos, como ya sospechaba, vislumbré aquella sombra de nuevo, esta vez aun más cerca de nosotros.
Mentalizándome sobre el peligro de la situación, decidí avisar a Sophie antes de que fuera demasiado tarde. Ciertamente, desconocía la forma en la que protegería a la princesa si algo ocurría. A no ser que fuera ella la que realmente tuviera que salvarme, como ya venía siendo habitual.
- John, te estoy hablando. Podrías, por lo menos, dignarte a responder- increpó Sophie, ajena completamente a aquel inminente peligro.
Sabía bastante bien que no estaba en condiciones de responder a nada en aquel momento. A decir verdad, no estaba en condiciones de hacer nada. En mi mente, solo intentaba hallar la forma de evitar la tragedia que probablemente estaba cerca de suceder.
- Princesa, tenemos compañía- le susurré al oído, como única respuesta a sus recientes palabras.
El cuerpo de la princesa se paralizó por completo, y tuve que fijar mi mirada en ella para conseguir que se tranquilizara. Entre mis brazos creía que se sentiría segura, pero en el fondo de mi ser siempre había sospechado que nunca sería suficiente. No con tantos peligros en nuestra contra. Rodeé su cuerpo aun más contra mi pecho y Sophie pareció calmarse, aunque solo fuera unos instantes:
- John, vienen a por ti- musitó la joven, retornando a su anterior estado de nervios- Debes marcharte.
- No pienso abandonarte a tu suerte, Sophie. Nunca lo haré.
De improviso, y antes de que la princesa pudiera obligarme a marchar de nuevo hacia el mundo real, el sonido provocado por la sombra al deslizarse por los árboles desapareció. Parecía que había decidido desviar su camino y renunciar a seguirnos. Pero aquel silencio era tan alentador, que todo mi cuerpo se tensó de puro pánico.
Desplacé mi mirada de un lugar a otro, buscando en cada resquicio del bosque una prueba de la presencia de nuestro perseguidor. Y, aun así, no encontraba absolutamente nada que me indicara su situación. Habría sido más fácil pensar que había decidido abandonarnos, pero no deseaba que algo nos ocurriera por el simple hecho de tranquilizarnos unos instantes.
De forma repentina, cuando me encontraba próximo a desistir en mi búsqueda, escuché como una fina rama crujía en un árbol lo suficientemente cercano como para alarmarnos.
En aquel preciso momento, sentí miedo. Un miedo irrefrenable a descubrir la identidad de nuestro perseguidor. Avanzaba por todo mi cuerpo, provocando que el corazón estuviera a punto de explotarme en el pecho. Fuera quien fuese, todo mi ser parecía estar avisándome sobre el peligro que corríamos Sophie y yo al toparnos con ello.
Rodeé la cintura de la joven entre mis brazos, y me levanté de la piedra donde nos encontrábamos sentados. Mantuve a Sophie contra mi cuerpo y contemplé rápidamente cada recodo del bosque. Esperaba que, de un momento a otro, la sombra regresara.
Desgraciadamente, así fue.
Con todos mis sentidos puestos en el lugar donde, a ciencia cierta, la sombra surgiría ante nuestros ojos, contemplé como aquella extraña presencia aparecía en el bosque. La única palabra que habría sido capaz de describirlo no era más que una: Oscuridad.
Se trataba de una inexplicable masa de sombras que, poco a poco, comenzó a formar un cuerpo. Un cuerpo que, de igual manera, se encontraba en la más absoluta y terrorífica oscuridad.
Rápidamente, percibí como el cuerpo de Sophie se aproximaba con fuerza al mío, temeroso. La joven elevó el rostro hacia el mío, y observé como finas y cristalinas lágrimas fluían por su rostro.
- John, te lo ruego- susurró, aferrándose con brusquedad a mis brazos-. Por favor, debes irte. Antes de que sea demasiado tarde.
Levanté la vista de la joven, algo confuso y aturdido. Inmediatamente divisé el cuerpo de oscuridad a escasos metros de nosotros, ignorando completamente las palabras de la princesa. Aquella era la única solución que encontraba en aquel instante. La idea de regresar al mundo real era lo suficientemente atractiva como para temer sucumbir a ella. Ni podía ni debía abandonar a Sophie a su suerte, justo cuando nuestro perseguidor había decidido descubrirse.
Todavía observando paralizado lo que se encontraba ante mis ojos, el cuerpo oscuro se desplazó violentamente y comenzó a estremecerse. Rápidos temblores parecían afectarle, avanzando por todos los recodos de su ser. Precipitadamente aquellas sacudidas llegaron hasta su cabeza, provocando que esta comenzara a convulsionar de un modo que que ocasionó en mí unos nervios inesperados. Si esa cosa no detenía pronto aquellos extraños movimientos, enloquecería. No estaba seguro de ser capaz de tranquilizar a la princesa ante aquella escena que estábamos presenciando. Posé con suavidad la mano que tenía libre sobre mi frente e intenté serenarme. Solo así podría hacer frente a aquello en lo que esa horrible criatura estaba cerca de transformarse.
Antes de que fuera capaz de percatarme, el cuerpo comenzó a liberarse de toda la oscuridad que le envolvía. Parecía estar despojándose de su misma piel. Pequeños grupos de sombras volaban a su alrededor según desaparecían de su cuerpo. Era una situación tan desagradable que realmente temí por la situación de mi estómago en aquel momento.
Los pequeños resquicios de oscuridad que aun se encontraban junto al cuerpo comenzaron a alejarse de este, mostrando un vestido agrietado y repleto de suciedad. Aquello solamente podía significar que nos encontrábamos ante una mujer, recapacité en un breve momento de calma.
Sophie, que había permanecido contra mi pecho todo ese tiempo, se agitó entre mis brazos. Elevó el rostro de nuevo y se giró en la dirección de nuestro todavía extraño perseguidor. Solamente una mirada le bastó para volverse contra mí, con una indescifrable expresión en el rostro. A decir verdad, la joven parecía conocer ya la identidad de aquella dama. Y aquello, en ese instante, me asustaba más que nada en el mundo. Bueno, ciertamente en el Limbo.
- John, esta vez no serás capaz de ganarles la batalla.
Escuché su voz como un auténtico ruego. Esta vez ya no caían lágrimas por su rostro, pero su desesperación podía reconocerse en cada una de sus palabras. Quizá marcharme habría sido la mejor opción. Pero ya era demasiado tarde para arrepentirme.
No obstante, no tuve ni un mísero segundo para poder responderle. Para poder comunicarle todo lo que sentía en aquel momento, todo lo que sería capaz de hacer para protegerla de aquella mujer.
Porque, en un abrir y cerrar de ojos, la dama oculta se encontraba tras la espalda de Sophie. No fui capaz de levantar el rostro y dirigir mi mirada hacia ella, para así poder descubrir su identidad. No sabía por qué, pero solamente no podía. Percibía como nos observaba, en especial a Sophie. Y el mero hecho de imaginarlo me provocó un tremendo escalofrío. Desgraciadamente, aunque hubiera querido, no tuve tiempo de reaccionar.
Levanté fugazmente la vista y contemplé como aquella mujer rodeaba el cuello de la princesa entre sus manos. Rápidamente lo elevó hacia lo alto, mientras Sophie gritaba sorprendida e intentaba liberarse de las uñas de la mujer, que se le hundían en el cuello, abundantes de porquería.
La imagen era completamente aterradora. Sin embargo, lo que más me impresionó no fue aquello. Cuando el cuerpo de Sophie me permitió descubrir la identidad de la dama, observé conmocionado el resultado.
Por más que lo intenté, no pude evitar que un grito ahogado surgiera de mí. Su ojos se habían tornado de un horrible color rojo y de su boca fluía una gran cantidad de sangre, que pronto estuvo de provocarme el vómito. Aunque así parecía imposible de reconocer, en el instante en que levanté la vista supe de quién se trataba.
Aquella mujer era mi madre.
Vaaaaaaaaleeeeeee, me has dejado en plan de: "What's the fuck?" Primero, la escena del beso entre Sophie y John me ha encantado, aunque a Sophie la veo un poco arrogante. No tanto como su hermano Michael, pero debería ser un poco más dulce con John. Lo de las dos bofetadas, sin embargo, me ha parecido gracioso, y cómo le ha vacilado John también. Estos dos hacen muy buena pareja. (No como Bill y Sookie... ejem, ejem...)
ResponderEliminarY ahora llegamos a la escena del "what's the fuck?" ¿Qué pinta la madre de John en el limbo? Estaba claro que estaba muerta, pero ¿por qué va contra Sophie? ¿Podrá hacer algo John para salvarla? ¿Hablará con su madre? ¿Saldrá por patas de allí?
Aiiss, qué intriga, leche. Que sepas que de momento John es mi personaje favorito. Es el más humilde y gracioso de todos, junto al puerco-espín. ¡Espero pronto el próximo capi! ¡Un beso!
Este capítulo me ha revolucionado.
ResponderEliminar1. Ahora John me cae bien. (FLIPANTE)
2. Sophie me caía bien, hasta que la muy arrogante, estúpida, chula y bipolar permite que le bese, bien, luego le DEVUELVE EL BESO y luego le da una bofetada. John dice una frase y por eso OTRA BOFETADA. ¿Pero de que va la niñata esta? Además, es rubia. Agh. Te lo dije: odio a las protas rubias. Sophie acaba de perder todo lo bien que me caía. Ahora me cae como el culo.
3.¿¡DÓNDE ESTÁ MICHAEL!?
4. ¿Qué pinta la madre de John ahí? o_ô
5. Confusión, confusión y odio (para Sophie) everywhere.
Quiero ya el siguiente capítulo.
Un beso.
Sigue así (:
hola holita de nuevo Carlitos, como siempre te digo, las escenas de amor me superan, tendré que cebarme yo más con mis crímenes para espantar tanta pasión, bienvenido de nuevo.
ResponderEliminarEyy por fin has encontrado un hueco libre:D A ver a ver, lo de la leche que le pega Sophie a John me encanta xD Es que me he reído muchísimo, (ya sabes mi 'odio' hacia él) pero venga, ha sido en plan 'él fantaseando cuando de repente, ¡Pas!' jajaja Bueno, me va cayendo mejor, (tampoco mucho pero vaaale)
ResponderEliminarUn capítulo sin Michael, esto esto esto..xD ajajaja Vaaale... le echo de menos después de tanto tiempo.
Y luego, ¿la madre de John qué HACE AHÍ? Yo digo lo mismo que los demás, no me lo explico. ¿Y por qué contra la princesa? Why?
Cuando subas otro me avisas, que ahora tengo demasiada intriga xD No sé, cosas inconexas, necesito seguir y ver qué pasa:$
(Por cierto, me encantan los capítulos taaan largos:D)
Buff que puedo decir!! el beso lo mejor y la madre... hola? de donde ha salido?
ResponderEliminarsiguiente que estoy muerta por saber lo que ocurre con la madre!! me parece que voy a soñar con John xDDD
Por fin me he puesto al día con tu historia y solo te diré una cosa: Quiero más!!
ResponderEliminarLa escena del beso ha sido super tierna, hacen muy muy buena pareja estos dos jaja
Pero, ¿qué va a hacer ahora la madre de John con Sophie? :$ Es de los malos? jajaja
Publica pronto, un besito (L)
p.D: Soy la escritora de Claro de Luna xD
Me ha encantado, sobre todo las sensaciones que ha experimentado Jhon al besar a la princesa =) Es tan mono =D
ResponderEliminarMe encanta el modo en como se ha comportado Shopie, porque es arrogante, pero tiene un punto dulce.
Y vaya... creí que seria cualquier persona menos la madre de Jhon... eso a estado.. increíble.
Me a gustado mucho.
ohhhh q capitulaaazooo madreee miaaa m mueeeroo estuve espeando a michael todo el capitulo Q VERGÜENZA!! en fin lo q más me ha gustado fué la ostia de sophie a john jajajajajaja buenisimo q puntaso !! Eres increible cada capitulo te superas jaja espero impaciente la mejor parte de tu libro que solo yo he leido en primicia muajajaja Michael forever juas juas juas
ResponderEliminarHey!! Has mejorado mucho desde que comenzaste la historia. El momento beso inicial... Buah!! Tío, me has dejado con ganas de que alguien me bese.Aunque Sophie podía ser menos corta rollos, coincido con el primer comentario en que es muy arrogante. ¿Qué le pasa? Con semejante bombón y va en plan: soy una super princesa, no me puedes tocar, y después va y le mete boca again. Qué tía!! Jajajajaajajaja. La historia va evolucionando bien, sólo que claro, aún hay incógnitas que deben ser solventadas. Ojo!! con las pequeñas faltillas. Pero a todos se nos escapa alguna cuando escribimos. Congratulations!! Bisous
ResponderEliminar¡Hola! (Soy Paula, de tuenti) y bueno, he estado leyendo los primeros capítulos. ¡Me encanta! Escribes de una manera… ¡Uh! ¿No serás profesional o así y no nos lo has dicho? ¬¬ En fin, el argumento, la forma de narrar, los personajes… ¡Todo! Me encanta. ♥ Sobre todo Michael, (No es porque lo interprete Alex Pettyfer ni nada de eso… ._.) Me fascina la forma en la que haces que los personajes hablen como en el pasado, yo no sabría. Siempre se me cuela algún taco por ahí. ^^ Continua pronto, ¡Besos y Muffinazos! Espero tener tu opinión algún día en mi blog, porque escribes realmente bien.
ResponderEliminar;O TE HE DICHO YA LO MUCHO QUE ME ENCANTAS ¬¬ PUES TE LO DIGO AHORA :TE ADORO :
ResponderEliminarDIOS , en el beso entres sophie y john casi no podia despegarme de la pantalla para parar de leer :o es que dios me encanta y me ha enganchado un monton . Eso si , Sophie es muy bipolar T_T no la entiendo , primero lo besa (que cuki) , despues lo pega (que raro) , despues le vuelve a pegar (olé sus ovarios) y por ultimo lo besa y se lo lleva a dar un paseo romantico :O T_T sin duda es bipolar .
Dios john es super mono intentando protegerla ;D es que lo adoro enserio ;D .
La sombra esa me ha dejado sin palabras , lo describes tan bien que me han entrado nauseas y todo XD y luego resulta que es la madre de john :o ahi si que me he quedado totalmente alucinada enserio . ¿Michael donde anda ? ¬¬ se libra de todo .
EN FIN POR FAVOR PUBLICA PRONTO O IRE CON UN CUCHILLO AMENAZANDOTE HASTA QUE PUBLIQUES XD que va que va soy un poco sadica pero no llego a tanto XD
en fin un besazo pedazo de escritor ;D
Hola¡¡¡ siento no haber podido leer antes el capítulo (estaba de vacaciones en ibiza y pasábamos muy poco tiempo en casa) Me ha encantado, Sophie y John hacen muy buena pareja, espero cn impaciencia el próx capitulo.
ResponderEliminarPor cierto tienes un premio en mi blog.
http://lagrimasporti-claudy.blogspot.com
BSS
hola soy nataly gomez, acabo de crear un blog en el que empezare a premiar aquellos blogs que mas me gusten, todo esta en la primera entrada (y la unica por ahora) pasate a leerla y sigueme si te interesa
ResponderEliminarcuando vas a seguir con la historiaa? me la lei del tiroon y me encantooo!!! sigue porfaaa :D
ResponderEliminarComo a cualquier escritor, supongo que también te gusta que te comenten, regalen una visita, y que te sigan. Hoy, vas a ser afortunada porque tu blog me vuelve loca así que he echo todo lo anterior, felicitarte por todo lo que escribes, que es fantástico, pero ahora es tu turno, porque yo también soy escritora, así que te pido que me regales una visita, que me comentes y que me sigas. Estoy haciendo una novela, y soy nueva así que apenas tengo comentarios, visitas y seguidores, te lo agradecería un montón. PD: Mi tuenti es: http://www.tuenti.com/#m=Profile&func=index Y mi blog: http://solocallameconunbeso.blogspot.com.es/GRACIAS:)
ResponderEliminarNo he leído mayor mierda en mi vida. Es una historia casi tan extravagante como tu propia persona. Venga marica, a cascarla.
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